Lecciones de Kamasutra     Con la copa engastada de lapislázuli  la espero,  junto al estanque, el agua de colonia y la tarde  la espero,  con la paciencia del caballo preparado para los senderos de la montaña  la espero,  con la elegancia del príncipe refinado y bello  la espero,  con siete almohadas rellenas de nubes ligeras  la espero,  con el fuego del penetrante incienso femenino  la espero,  con el perfume masculino del sándalo en el lomo de los caballos  la espero.  No te impacientes. Si llega tarde  espérala  y si llega antes de tiempo  espérala,  y no asustes al pájaro posado en sus trenzas.  Espérala,  para que se sienta tranquila, como el jardín en plena floración.  Espérala  para que respire este aire extraño en su corazón.  Espérala  para que se suba la falda y aparezcan sus piernas nube a nube.  Espérala  y llévala a una ventana para que vea una luna bañada en leche.  Espérala  y ofrécele el agua antes que el vino, no  mires el par de perdices dormidas en su pecho.  E...
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Mostrando las entradas de agosto, 2012
El tiempo
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 Ya sé, vuelvo a intentarlo,  voy a hablar del tiempo otra vez  y ustedes dirán callate vas a repetir  meterte en dificultades.    Y a mí qué  porque si muchos ya escribieron sobre el tema  a mí un bledo me importa y lo intento  porque ningún genio desos  entiende más que yo de los turnos del agua.  Del agua de riego digo  cuando uno se dedica a regar la viña.    El tiempo es como en acequia el agua  pasa pero al mismo tiempo se quea.  Usté meta la mano y tóquela, está quietita  y sin embargo corre,  dispara pero no se ha ido, tóquela.  Después viene el celador ese que  maneja los turnos,  baja la compuerta y al cortar el riego  ahí se te acaba el mundo.    Pero claro yo aquí hablando  de lo que ustedes piensan que no entiendo.  ¿Será porque se me inquieta la inorancia?  Sea como sea, aquí dejo escrito  lo que supe del tiempo mientras regaba la viña.    Jorge Leonidas Escudero
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LXVII    Todo el mundo dice que mi Tao parece locura.  Porque es grande, parece locura.  Si no lo pareciera,  hace tiempo que se hubiera vuelto insignificante.    Poseo Tres Tesoros  que guardo y protejo con cuidado:  el primero es el Amor,  el segundo, la Sobriedad,  el tercero, no Querer Ser Nunca el Primero en el  Mundo.  Gracias al amor, uno es valiente.  Gracias a la sobriedad, uno tiene amplias reservas.  Gracias a no querer ser el primero en el mundo,  uno puede ser señor de todas las cosas.    Pero si un hombre quiere ser valiente sin amor,  generoso sin sobriedad,  y ser el primero sin humildad,  camina hacia la muerte.    El amor es victorioso en el ataque  e invulnerable en la defensa.  El Cielo arma con el amor  a los que quiere proteger.    Lao Tse  (Tao Te King)   Regalo de Patri Da Dalt en esta mañana lluviosa...   
León
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  No importa si la pálida mujer  que en su torre escribe  amontona palabras tibias.    Cuando duerme  de un rojo salto  la arrebato y enciendo  la llevo a su selva  le infundo mi dinastía  y la obligo a reinar,  a avanzar segura y espléndida  a apresar bravamente  las palabras amantes o guerreras  y a desdeñar las otras.    Amelia Biagioni