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Mostrando las entradas de 2010

Nos falta un presente

Partamos tal como somos: una dama libre y su amigo fiel. Partamos juntos en dos direcciones. Partamos como somos, unidos y separados. Nada nos causa dolor, ni el divorcio de las palomas ni el frío en las manos ni el viento en torno a la iglesia. Los almendros no han florecido del todo. Sonríe para que sigan floreciendo entre las mariposas de tus hoyuelos. Dentro de poco tendremos otro presente. Si te das la vuelta no verás sino exilio tras de ti: tu dormitorio, el sauce de la plaza, el río, tras los edificios de cristal y el café de nuestras citas... todo, todo preparado para convertirse en exilio. ¡Seamos buenos! Partamos tal como somos: una mujer libre y un amigo fiel a sus flautas. No tenemos suficiente edad para envejecer juntos, ir a paso lento al cine, ver el epílogo de la guerra entre Atenas y sus vecinos y asistir dentro de poco a la ceremonia de paz entre Roma y Cartago. Dentro de poco los pájaros emigrarán de un tiempo a otro. ¿Este camino no

Panero

La cuádruple forma de la nada Yo he sabido ver el misterio del verso que es el misterio de lo que a sí mismo nombra el anzuelo hecho de la nada prometido al pez del tiempo cuya boca sin dientes muestra el origen del poema en la nada que flota antes de la palabra y que es distinta a la nada que el poema canta y también a esa nada en que expira el poema: tres son pues las formas de la nada parecidas a cerdos bailando en torno del poema junto a la casa que el viento ha derrumbado y ay del que dijo una es la nada frente a la casa que el viento ha derrumbado: porque los lobos persiguen el amanecer de las formas ese amanecer que recuerda a la nada; triple es la nada y triple es el poema imaginación escrita y lectura y páginas que caen alabando a la nada la nada que no es vacío sino amplitud de palabras peces shakespearianos que boquean en la playa esperando allí entre las ruinas del mundo al señor con yelmo y con espada al señor sin fruto de la nada. Testigo es su c

Anna

Unos van por un sendero recto, Otros caminan en círculo, Añoran el regreso a la casa paterna Y esperan a la amiga de otros tiempos. Mi camino, en cambio, no es ni recto, ni curvo, Llevo conmigo el infortunio, Voy hacia nunca, hacia ninguna parte, Como un tren sobre el abismo. Anna Ajmátova (J.B. García)

De la complexión del alma

La partícula antimaterial no es cortada en pedazos por ningún arma, ni es quemada por el fuego, ni la moja el agua, ni se marchita ni se seca, ni se evapora en el aire. Es indivisible, no inflamable e insoluble. Debido a que es eterna, puede entrar y salir de cualquier tipo de cuerpo. Siendo constante por constitución, sus cualidades son siempre fijas. Es inexplicable, debido a que es contraria a todas las cualidades materiales. Es algo inconcebible para el cerebro ordinario. Es inmutable. Por lo tanto, nadie debe lamentarse jamás por lo que es un eterno principio antimaterial. Baghavad Gita Cap 2.23-25

C. E. Feiling

Común requiebro Mentulada pastilla no te digo que aceptes en un cine, ni las faldas espero que recojas si este amigo cruzar quiere el Mar Negro a tus espaldas. No presumo siquiera del Mar Rojo (que es sencillo vadear cuando las caldas perfumadas están por el despojo del Egipcio monarca); no esmeraldas contemplo en cardenales, o carbúnculos dejarte con mis golpes que disputen el antiguo imprimátur del homúnculo que primero gozó con tu disfrute. ¡Por pedirte que bebas mi calostro, no soy yo Rasputín ni Cagliostro! Charlie Feiling de "Amor a Roma" (1989) Éste y otros cinco poemas de Amor a Roma pueden oírse musicalizados por el compositor argentino Luis Naón
Con la coscienza di un uccello ferito che mitemente morendo non perdona... (Pasolini)
Andas por el jardín. Algo, lo se, te falta. (Borges)

¿No tendría yo dueño tampoco?

La música no tiene dueño, pues los que van a ella no la poseen nunca. Han sido por ella primero poseídos, después iniciados. Yo no sabía que una persona pudiera ser así, al modo de la música, que posee porque penetra mientras se desprende de su fuente, también en una herida. Se abre la música sólo en algunos lugares inesperadamente, cuando errante el alma sola, se siente desfallecer sin dueño. Fragmento de un texto de María Zambrano , tomado de El mundo incompleto