Krishnamurti: El principio de la meditación



Extractos de la conferencia, Brockwood 1978


Todo lo que hemos hecho, ir a la Luna y plantar una bandera absurda, bajar a las profundidades del mar y vivir allí, ha sido creado por el pensamiento. El pensamiento es responsable de toda la inmensa tecnología y su complicada maquinaria. Es también responsable de todas las guerras. Esto es algo obvio, ni siquiera hace falta cuestionarlo. 

Es el pensamiento el que ha creado la estructura psicológica del "yo". Ese "yo" no es sagrado, no es algo divino, solo es pensamiento acumulando ansiedades, temores, placeres, sufrimientos, pesares, apegos, miedo a la muerte. El pensamiento ha acumulado todo esto, todo lo que constituye el yo y su conciencia. Pregunto: ¿Podemos avanzar desde allí?

El hombre siempre busca poder, ¿verdad?, los políticos, los sacerdotes, el hombre y la mujer común quieren controlar, dominar, poseer. Esta es la historia de la estupidez del hombre, aunque la llame patriotismo, o religiosidad. Ahora nos preguntamos ¿es posible vivir sin ningún sentido del poder? ¿Podríamos vivir en total anonimato y humildad? Puede que tengan un nombre, hayan escrito un libro, den charlas como lo hacemos nosotros, sean famosos, célebres, cualquier calificativo que quieran usar, detrás de eso no hay nada.

¿Puede uno vivir sin ningún sentido del poder? Como saben, hay una gran belleza en eso, en ser completamente anónimos mientras todo el mundo está buscando reconocimiento, poder, posición.
Entonces la siguiente pregunta es ¿puede el cerebro, que contiene millones y millones de años de pesado condicionamiento, cargado de todo aquello que el hombre ha acumulado durante siglos y, en consecuencia, actuando mecánicamente todo el tiempo; puede ese cerebro liberarse de lo conocido, puede ese cerebro nunca, nunca envejecer en el sentido físico?

El asunto es ver si este cerebro puede soltar su carga, liberarse y nunca deteriorarse...no digan sí o no: averíguenlo. Eso significa no registrar nada psicológicamente. Nunca registrar halagos, insultos, las diferentes formas de abuso, presiones, nada. Mantenerse por completo limpio, joven, lo que significa un cerebro que nunca es herido. Eso es inocencia. No conoce la miseria, el conflicto, la pena ni el dolor. Todo lo que queda registrado en el cerebro y en consecuencia lo hace limitado, viejo. Si no existe grabación psicológica alguna, el cerebro permanece en completo silencio, extraordinariamente vital.

Esto no es una esperanza ni un premio, o bien lo hacen y lo descubren, o solo aceptan las palabras y dicen "qué maravilloso debe ser eso", "cómo me gustaría experimentarlo", y pierden toda realidad. Mientras que si lo hacen lo descubrirán. Ese cerebro debido a esta percepción de la que hemos hablado, en la cual las células cerebrales sufren un cambio, ese cerebro deja de seguir aferrado a los recuerdos, deja de ser el almacén de una amplia colección de antigüedades.

¿Existe algo sagrado en la vida? ¿Algo que el pensamiento no haya tocado? Siendo lo sagrado aquello que es inmortal, eterno, desde la eternidad hasta la eternidad, aquello que no conoce ni principio ni fin y adviene cuando uno ha descartado todas las cosas que el pensamiento ha convertido en sagradas. 

Cuando todo eso se ha comprendido y abandonado por completo no hay sacerdote, no hay gurú, no hay discípulo. Entonces, en esa increíble cualidad del silencio puede ocurrir algo que el pensamiento no puede tocar, porque ese silencio no es creado por el pensamiento.

Nosotros decimos que el silencio psicológico solo puede suceder cuando no existe ningún registro en absoluto, cuando la mente permanece totalmente inmóvil. 

En ese silencio puede advenir el extraordinario sentido de algo inmensurable, indescriptible. Todo ese proceso, de principio a fin, es parte de la meditación. Eso es todo.