Un poema de Saer
Este es el poema que Adelina Flores va creando en el cuento "Sombras sobre vidrio esmerilado", y que no se lee sino por fragmentos intercalados en el relato y jamás completo. Sólo hay un verso que aceptaría dos posibilidades: "contra las formaciones del olvido" o "contra las diligencias del olvido"; me he inclinado por la primera, ya que Adelina evalúa dos veces la palabra formaciones y sólo una, diligencias.
Veo una sombra sobre un vidrio. Veo
algo que amé hecho sombra y proyectado
sobre la transparencia del deseo
como sobre un cristal esmerilado.
En confusión, súbitamente, apenas,
vi la explosión de un cuerpo y de su sombra,
ahora el silencio teje cantilenas
que duran más que el cuerpo y que la sombra.
Ah, si un cuerpo nos diese aunque no dure
cualquier señal oscura de sentido
como un olor salvaje que perdure
contra las formaciones del olvido,
Y que por ese olor reconozcamos
cuál es el sitio de la casa humana
como reconocemos por los ramos
de luz solar la piel de la mañana.
Veo una sombra sobre un vidrio. Veo
algo que amé hecho sombra y proyectado
sobre la transparencia del deseo
como sobre un cristal esmerilado.
En confusión, súbitamente, apenas,
vi la explosión de un cuerpo y de su sombra,
ahora el silencio teje cantilenas
que duran más que el cuerpo y que la sombra.
Ah, si un cuerpo nos diese aunque no dure
cualquier señal oscura de sentido
como un olor salvaje que perdure
contra las formaciones del olvido,
Y que por ese olor reconozcamos
cuál es el sitio de la casa humana
como reconocemos por los ramos
de luz solar la piel de la mañana.