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Mostrando las entradas de julio, 2012

El iris salvaje

Al final de mi sufrimiento había una puerta. Escucha: recuerdo eso que llamas muerte. Sobre la cabeza, ruidos, ramas de un pino vacilante. Después nada. Un sol débil temblando sobre la superficie seca. Es terrible sobrevivir como conciencia enterrada en tierra oscura. Luego todo acaba: eso que temes, ser un alma y no poder hablar, termina abruptamente. La tierra rígida se inclina un poco, y lo que se tomaba por pájaros se lanza sobre los arbustos. Tú que no recuerdas el pasaje desde el otro mundo, te digo que podría hablar de nuevo, lo que vuelve del olvido vuelve para encontrar una voz: del centro de mi vida brotó una gran fuente, profundas sombras azules sobre azules aguas de mar. Louise Glück (Versión propia)

Krishnamurti: El principio de la meditación

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Extractos de la conferencia, Brockwood 1978 Todo lo que hemos hecho, ir a la Luna y plantar una bandera absurda, bajar a las profundidades del mar y vivir allí, ha sido creado por el pensamiento. El pensamiento es responsable de toda la inmensa tecnología y su complicada maquinaria. Es también responsable de todas las guerras. Esto es algo obvio, ni siquiera hace falta cuestionarlo.  Es el pensamiento el que ha creado la estructura psicológica del "yo". Ese "yo" no es sagrado, no es algo divino, solo es pensamiento acumulando ansiedades, temores, placeres, sufrimientos, pesares, apegos, miedo a la muerte. El pensamiento ha acumulado todo esto, todo lo que constituye el yo y su conciencia. Pregunto: ¿Podemos avanzar desde allí? El hombre siempre busca poder, ¿verdad?, los políticos, los sacerdotes, el hombre y la mujer común quieren controlar, dominar, poseer. Esta es la historia de la estupidez del hombre, aunque la llame patriotismo, o religiosidad. Ahora

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Mi alma es un vampiro grueso, granate, aterciopelado. Se alimenta de muchas especies y de sólo una. Las busca en la noche, la encuentra, y se la bebe, gota a gota, rubí por rubí. Mi alma tiene miedo y tiene audacia. Es una muñeca grande, con rizos, vestido celeste. Un picaflor le trabaja el sexo. Ella brama y llora. Y el pájaro no se detiene. Marosa di Giorgio

The elephant is slow to mate

El elefante, enorme bestia antigua, demora en aparearse; cuando encuentra una hembra, sin apuro esperan a que en sus vastos corazones tímidos el sentimiento despierte lenta, lentamente, mientras vagan por la ribera del río y beben y pastorean e irrumpen con la manada a través del matorral del bosque, y duermen en un silencio pleno y despiertan juntos, sin palabras. Tan de a poco su gran corazón ardiente se llena de deseo, que al fin, a escondidas, las enormes bestias se aparean ocultando su fuego. Los animales más viejos y sabios saben cómo esperar la más solitaria de las fiestas para el banquete completo. No se arrebatan, no se precipitan; su vasta sangre se mueve como las mareas, cerca, más cerca hasta tocarse anegados. D. H. Lawrence (versión propia)

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Es tiempo de hablar de rosas y granadas y del océano donde las perlas están hechas de lenguaje y visión y de las escalas invisibles que son diferentes para cada persona y llevan al lugar infinito donde los árboles murmuran entre sí. Rumi (1207-1273)

Juanele

Para que los hombres no tengan vergüenza de la belleza de las flores, para que las cosas sean ellas mismas: formas sensibles o profundas de la unidad o espejos de nuestro esfuerzo por penetrar en el mundo con el semblante emocionado y pasajero de nuestros sueños, o la armonía de nuestra paz en la soledad de nuestro pensamiento, para que podamos mirar y tocar sin pudor las flores, sí, todas las flores, y seamos iguales a nosotros mismos en la hermandad delicada, para que las cosas no sean mercancías, y se abra como una flor toda la nobleza del hombre: iremos todos a nuestro extremo límite, nos perderemos en la hora del don con la sonrisa anónima y segura de una simiente en la noche de la tierra. Juan L. Ortiz La rama hacia el este (1940) Gracias Flor por recordármelo...

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en algún lugar en el que nunca estuve, felizmente, más allá de toda experiencia, tus ojos tienen su silencio: en tu gesto más frágil hay cosas que me abarcan o que no puedo tocar porque están demasiado próximas tu más leve mirada me abrirá fácilmente aunque me haya cerrado como un puño, siempre me abres pétalo por pétalo como la primavera abre (con toque diestro, misterioso) su primera rosa o si desearas cerrarme, yo y mi vida nos cerraremos hermosa, súbitamente, como cuando el corazón de esta flor imagina la nieve cayendo cuidadosa por todas partes; nada que hayamos de percibir en este mundo iguala la fuerza de tu intensa fragilidad, cuya textura me somete con el color de sus campos rendidos a la muerte y eternidad con cada respiración (ignoro tu destreza para cerrar  y abrir;  es solo que algo en mí comprende la voz de tus ojos más honda que todas las rosas) nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas e.e. cummings (versión propia y remixa