SILVIA DABUL


Silvia Dabul nació en Mendoza, se graduó como Licenciada en Piano en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Cuyo. Vive en Buenos Aires y es invitada regularmente a los principales ciclos y salas del país. Se ha presentado también en Uruguay, Paraguay, Sudáfrica, Francia y Alemania. Grabó dos CD con música para dos pianos y piano a cuatro manos (Clásica), la obra completa de Kim Helweg para dos pianos y percusión (Focus Recording), Parajes (IRCO), canciones de compositores argentinos sobre textos de su autoría y Mélanges (l´Empreinte digitale, francia). Trabaja como profesora de piano en el Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla.

Como poeta, publicó Lo que se nombra (Ediciones en Danza 2006), Cultivo de especias (Ediciones en Danza 2011). Ha sido incluida en diversas antologías.

Es autora del Diario del Otro Lado, publicación digital in progress de 20 cuadernos de sueños registrados desde 2012.


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17.10.08

La vida natural

Busca con tu lengua de amazona
con tu crueldad con tu olor de mujer que pasa
paladeando en sus lágrimas su sabor de deriva y de
franquicia.
Busca lejos lo más próximo mío. Busca a mi lado
lo más lejano mío. Caen las estrellas
orgánicas
y busca ahora el ídolo de labios constelados
cuando con un gemido deposita en el viento
su gran bola de fuego.

Que nos libren sus uñas de estos trapos empapados por
la miseria.
Hemos luchado como perros yo y mi temperamento con su

desnuda y salvaje inconsciencia. Una bestia se aferra a mi
garganta como un lazo de lluvias. Y tú busca la sombría brasa
de no hacer nada y de perder pie. Busca en mí tu
rostro y tu sombra de guardiana contaminada por la tortura
porque no hay estrella más preciosa que toda esta
hierba de las islas convertida en deseo.
¡Y el ídolo con su roja mirada de fogonero entre el humo
mojado de la locomotora y su negro calor de tribu
jadeando en el andén!

¡Que nos entregue su almendra táctil al borde del mundo!
Ese tesoro de decapitaciones
su hocico suave y cálido de asno que echa su aliento en los sentidos
todo su misterio en el enjambre de violetas y besos desplegado

por tu cuerpo entre las maravillas de la noche.


Enrique Molina
(Amantes antípodas, 1961)
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13.10.08

Fin de análisis XXII

Acuerdos suspendidos. Reflejos condicionados. Un arco dispara flechas de dilación que indican que todo tiempo pasado fue gaseoso. Las manos en el muro se vuelven pura forma de mancha. Síntomas que reposan, verticales, y al despertar se tocan y repliegan como bichos lastimados.

5.10.08

Betina

Betina Donadío , bisabuela de Joaquín, y un soneto escrito en hexadecasílabos, metro difícil de encontrar.

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1.10.08

Fin de análisis XXI

Reflejos adormecidos por la inercia de una calesita. Si se soporta el mareo, el cuerpo termina adaptándose y por un momento hasta parece que se llega a disfrutar la pérdida del equilibrio. Para regresar a casa, girar en sentido contrario es un remedio forzado, aunque efectivo. Por si fallara: caer no es peligroso, después de todo estrellarse es volverse objeto emisor de luz.