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Mostrando las entradas de 2012

Sube

Sube tú, clemente fuego de la vieja noche. Yo beso el umbral de tu ascenso. Mi mano te tiende alfombras y esparce para ti una abundancia de rojas flores. Sube, amigo mío que yacías enfermo, atraviesa la cáscara. Te hemos dispuesto un banquete. Los obsequios están presentados delante de ti. Las bailarinas aguardan por ti. Te hemos construido una casa. Tus servidores están listos para ti. Te arreamos los rebaños sobre la campiña verde. Llenamos tu copa con vino tinto. Colocamos frutos perfumados en vasijas de oro. Golpeamos la puerta de tu prisión y apoyamos nuestra oreja a la escucha. Las horas crecen, no demores más. C. G. Jung Libro Rojo (Los encantamientos)

E.D.

Di la verdad mas dila oblicua - El logro está en los circuitos Demasiado brillantes para nuestro endeble deleite La soberbia sorpresa de la verdad Como el relámpago a los niños ha de ser mitigado Con bondadosa explicación La verdad debe deslumbrar gradualmente O todos los hombres se quedarían ciegos Emily Dickinson Versión R. Costa Picazo
      Sé triste tal cual las gacelas ante el infinito y los meteoros, tal cual los desiertos sin mirajes.      Hasta la llegada de una boca hinchada de besos para la vendimia del destierro.      Sé triste, pues ella te espera en un rincón de este año que pasa.      Está quizá al extremo de tu canción próxima y será bella como la cascada en libertad y rica como la línea ecuatorial.      Sé triste, más triste que la rosa, la bella jaula de nuestras miradas y de las abejas sin experiencia.      La vida es un viaje en paracaídas y no lo que tú quieres creer.      Vamos cayendo, cayendo de nuestro cenit a nuestro nadir y dejamos el aire manchado de sangre para que se envenenen los que vengan mañana a respirarlo.      Adentro de ti mismo, fuera de ti mismo, caerás del cenit al nadir porque ése es tu destino, tu miserable destino. Y mientras de más alto caigas, más alto será el rebote, más larga tu duración en la memoria de la piedra.      Hemos saltado del vientre de nuestra madre o del bord

L'obscurité des eaux

Escucho resonar el agua que cae en mi sueño.  Las palabras caen como el agua yo caigo. Dibujo  en mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis  aguas, me digo mis silencios. Toda la noche  espero que mi lenguaje logre configurarme. Y  pienso en el viento que viene a mí, permanece  en mí. Toda la noche he caminado bajo la lluvia  desconocida. A mí me han dado un silencio  pleno de formas y visiones (dices). Y corres desolada  como el único pájaro en el viento. Alejandra Pizarnik

La vida es un movimiento en relación

Estamos sosteniendo una conversación, como dos amigos que han estado paseando por un sendero arbolado con abundancia de sombras y cantos de pájaros, y ahora se han sentado juntos y conversan sobre todo el problema de la existencia, que es muy complejo. No estamos convenciéndonos mutuamente acerca de ningún tema, no tratamos de persuadirnos ni de sobreponernos el uno al otro mediante argumentos o apegándonos dogmáticamente a las propias opiniones y prejuicios; más bien vamos a mirar juntos el mundo tal como es, y también miraremos el mundo que existe dentro de nosotros. Muchos volúmenes se han escrito acerca del mundo exterior -el ambiente, la sociedad, la política, la economía, etc.pero muy pocos han llegado al extremo de descubrir lo que realmente somos. Descubrir por qué los seres humanos se comportan del modo en que lo hacen -matándose unos a otros, constantemente angustiados, siguiendo una autoridad u otra, algún libro, alguna persona, algún ideal, y careciendo de una verdadera r

El anacoreta

Cuando comprendes la oscuridad, ella te captura. Ella sobreviene como la noche con sombras azules e incontables estrellas brillantes. El silencio y la paz sobrevienen cuando comienzas a comprender la oscuridad. Solo quien no comprende la oscuridad teme la noche. Mediante la comprensión de lo oscuro, lo nocturno, lo abismal en ti, te vuelves totalmente simple. Y te dispones a dormir como todos durante los milenios, te duermes bajo el regazo de los milenios y tus paredes resuenan con antiguos cánticos de templo. Pues lo simple es lo que fue siempre. El silencio y la noche azul se extienden sobre ti mientras tú sueñas en la tumba de los milenios. C.G. Jung  Libro Rojo (El hilo de Ariadna 2012)

Wilcock

Ahora estoy completamente solo,  ahora que llenas mi universo,  este alegre universo en expansión  con galaxias, cefeidas, supernovas,  y tú detrás de cada grado del espacio,  que una palabra tuya contrae  y concentra en tu sola persona  de nuevo como un astro en pulsaciones:  no tengo más amigos, no tengo más interés por nada,  estoy aquí estudiando tu cosmografía,  tus emisiones de radio, tus sizigias,  más exactamente tu boca y tus ojos,  más exactamente aquello que está en el fondo de los ojos,  y todavía más exactamente, a ti. J. R. Wilcock de Italienisches Liederbuch versión Guillermo Piro

El gran basural

Las ciudades continuas 1 La ciudad de Leonia se rehace a si misma todos los días: cada mañana la población se despierta entre sábanas frescas, se lava con jabones apenas salidos de su envoltorio, se pone batas flamantes, extrae del refrigerador más perfeccionado latas aún sin abrir, escuchando las últimas retahílas del último modelo de radio. En los umbrales, envueltos en tersas bolsas de plástico, los restos de la Leonia de ayer esperan el carro del basurero. No solo tubos de dentífrico aplastados, bombillas quemadas, periódicos, envases, materiales de embalaje, sino también calentadores, enciclopedias, pianos, juegos de porcelana: más que por las cosas que cada día se fabrican, venden, compran, la opulencia de Leonia se mide por las cosas que cada día se tiran para ceder lugar a las nuevas. Tanto que uno se pregunta si la verdadera pasión de Leonia es en realidad, como dicen, gozar de las cosas nuevas y diferentes, y no más bien el expeler, alejar de sí, purgarse de una recurr

A mi madre

                                         (reivindicación de una hermosura) Escucha en las noches cómo se rasga la seda y cae sin ruido la taza de té al suelo como una magia tú que sólo palabras dulces tienes para los muertos y un manojo de flores llevas en la mano para esperar a la Muerte que cae de su corcel, herida por un caballero que la apresa con sus labios brillantes y llora por las noches pensando que le amabas, y dice sal al jardín y contempla cómo caen las estrellas y hablemos quedamente para que nadie nos escuche ven, escúchame hablemos de nuestros muebles tengo una rosa tatuada en la mejilla y un bastón con             empuñadura en forma de pato y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra y ahora que el poema expira te digo como un niño, ven he construido una diadema (sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve) Leopoldo María Panero Poemas del manicomio de Mondragón 1987
Anoche tuve un sueño dentro de un sueño. Soñé que estaba muy tranquila viendo a unos artistas que trabajaban en el escenario. Y por una puerta que no estaba bien cerrada entraron hombres con ametralladoras y mataron a todos los artistas. Comencé a llorar: no quería que estuviesen muertos.Entonces los artistas se incorporaron y me dijeron: nosotros no estamos muertos en la vida real sino sólo como artistas. Esa carnicería formaba parte del espectáculo. Entonces soñé un sueño muy bueno, soñé esto: en la vida somos artistas de una obra de teatro del absurdo escrita por un Dios absurdo. Todos nosotros somos los participantes de ese teatro: en realidad nunca moriremos cuando llegue la muerte.Sólo moriremos como artistas. ¿Eso sería la eternidad? Clarice Lispector Un soplo de vida
en otra vida yo miraba desde la ventana de un bar cómo la tormenta aplastaba las flores azules contra los cordones contra las paredes y por ese momento único de la juventud que dura muy poco supe que nunca olvidaría esa escena en que nada aparecía de lo que amaba me interesaba o temía ni novios ni odios ni otros poetas ni revistas de opinión ni secretarios de barrio ni amigos imbuidos de una colonizada cultura pavesiana sólo las flores azules y la lluvia recuerdo el nombre del pueblo la hora y esa lluvia que nunca en las décadas que siguieron confundí con alguna otra  Juana Bignozzi La ley tu ley (2000)

Presentimiento

Durante muchos días me seguiste.  En el canto del pájaro, en las sombras,  en las modulaciones del espacio:  aprendí a conocerte.  Yo sentía tu luz atravesarme  como una flecha de oro envenenada.  Te desobedecía arrepentida.  Me hablabas en secreto.  En los espejos rotos, en la tinta  azul de los cuadernos que dejabas  sobre la mesa de mi dormitorio.  Yo temblaba al mirarte, yo temblaba  como tiemblan las ramas reflejadas  en el agua movida por el viento.  Ahora que conozco tus señales,  tu piel y tus orejas, tu semblante,  no trataré de desobedecerte,  y me arrodillaré frente a tu imagen,  implacable sibila que me sigues. Silvina Ocampo
Sólo hay una Luz tú y yo  no somos otra cosa que agujeros  en la sombra de la lámpara.  M. Shabistari (Persia, 1288-1320)
El espejo de estar por quedarte dormida huye al fin. En su huida retiene, de entre todas las imágenes, la del hombre vestido de atardecer. Pasa, pasarán, entorna los ojos, no hacen más que sucederse, atravesar los años en el silencio de arena que de nuevo las rodea, acabarán por entregarte al anochecer. El espejo es ahora tu postrer recuerdo, tu anochecer de durmiente. Así llegando, así abandonando como el ahogado de regreso a la costa, pones tu cuerpo a descansar sobre la arena. Y todavía tienes tiempo de preguntarte por el hombre tumbado en el reflejo, desmayado, ahogado de recién, abriéndose paso por lugares donde siempre es de noche. Arnaldo Calveyra Apuntes para una reencarnación

Propuesta del higo

Te propongo la dulzura del higo, su carne sonrosada, replegada y húmeda como un animal marino. Goza el misterio de este fruto, su textura de molusco, su íntimo tamaño. Tersa, su pulpa apremiará el deseo de tu lengua. Te propongo las delicias del higo. Muerde su violado, desamparado centro, prueba de nuevo -empecinado- su carne que guarda mieles y diluvios. Las delicias y dulzura del higo -pequeño y desbordado- tan sólo te propongo. Que tu boca profunda se demore en el dulzor secreto, que asalte con lentitud su carne desvelada. Deja que a tu paladar traiga la memoria de sabores primitivos. Carmen Matute (Guatemala, 1944)
¿Y si durmieses y al dormir soñases? ¿Y si en tu sueño fueses al cielo y allí recogieses un extraña y bella flor? ¿Y si, al despertar, tuvieses la flor en tu mano? ¿Qué pasaría entonces? Samuel Taylor Coleridge
Creía yo No a todo alcanza Amor, pues que no puedo romper el gajo con que Muerte toca. Mas poco Muerte puede si en corazón de Amor su miedo muere. Mas poco Muerte puede, pues no puede entrar su miedo en pecho donde Amor. Que Muerte rige a Vida; Amor a Muerte. Macedonio Fernández
Lecciones de Kamasutra  Con la copa engastada de lapislázuli la espero, junto al estanque, el agua de colonia y la tarde la espero, con la paciencia del caballo preparado para los senderos de la montaña la espero, con la elegancia del príncipe refinado y bello la espero, con siete almohadas rellenas de nubes ligeras la espero, con el fuego del penetrante incienso femenino la espero, con el perfume masculino del sándalo en el lomo de los caballos la espero. No te impacientes. Si llega tarde espérala y si llega antes de tiempo espérala, y no asustes al pájaro posado en sus trenzas. Espérala, para que se sienta tranquila, como el jardín en plena floración. Espérala para que respire este aire extraño en su corazón. Espérala para que se suba la falda y aparezcan sus piernas nube a nube. Espérala y llévala a una ventana para que vea una luna bañada en leche. Espérala y ofrécele el agua antes que el vino, no mires el par de perdices dormidas en su pecho. Espér

El tiempo

Ya sé, vuelvo a intentarlo, voy a hablar del tiempo otra vez y ustedes dirán callate vas a repetir meterte en dificultades. Y a mí qué porque si muchos ya escribieron sobre el tema a mí un bledo me importa y lo intento porque ningún genio desos entiende más que yo de los turnos del agua. Del agua de riego digo cuando uno se dedica a regar la viña. El tiempo es como en acequia el agua pasa pero al mismo tiempo se quea. Usté meta la mano y tóquela, está quietita y sin embargo corre, dispara pero no se ha ido, tóquela. Después viene el celador ese que maneja los turnos, baja la compuerta y al cortar el riego ahí se te acaba el mundo. Pero claro yo aquí hablando de lo que ustedes piensan que no entiendo. ¿Será porque se me inquieta la inorancia? Sea como sea, aquí dejo escrito lo que supe del tiempo mientras regaba la viña. Jorge Leonidas Escudero
LXVII Todo el mundo dice que mi Tao parece locura. Porque es grande, parece locura. Si no lo pareciera, hace tiempo que se hubiera vuelto insignificante. Poseo Tres Tesoros que guardo y protejo con cuidado: el primero es el Amor, el segundo, la Sobriedad, el tercero, no Querer Ser Nunca el Primero en el Mundo. Gracias al amor, uno es valiente. Gracias a la sobriedad, uno tiene amplias reservas. Gracias a no querer ser el primero en el mundo, uno puede ser señor de todas las cosas. Pero si un hombre quiere ser valiente sin amor, generoso sin sobriedad, y ser el primero sin humildad, camina hacia la muerte. El amor es victorioso en el ataque e invulnerable en la defensa. El Cielo arma con el amor a los que quiere proteger. Lao Tse (Tao Te King) Regalo de Patri Da Dalt en esta mañana lluviosa...
                                                  Me oculto adentro de mi flor para que al llevarla sobre tu pecho sea a mí a quien lleves sin sospecharlo. Ya los ángeles conocen el resto. Me oculto adentro de mi flor para que al desvanecerme en tu vaso sientas por mí, sin sopecharlo, algo parecido a la soledad. Emily Dickinson (versión propia)

León

No importa si la pálida mujer que en su torre escribe amontona palabras tibias. Cuando duerme de un rojo salto la arrebato y enciendo la llevo a su selva le infundo mi dinastía y la obligo a reinar, a avanzar segura y espléndida a apresar bravamente las palabras amantes o guerreras y a desdeñar las otras. Amelia Biagioni

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Es otra acaso es otra la que va recobrando su pelo su vestido su manera la que ahora retoma su vertical su peso y después de sesiones lujuriosas y tiernas se sale por la puerta entera y pura y no busca saber no necesita y no quiere saber nada de nadie. Idea Vilariño

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La voz del ave que la penumbra esconde ha enmudecido. Andas por tu jardín. Algo, lo sé, te falta. J.L. Borges

El iris salvaje

Al final de mi sufrimiento había una puerta. Escucha: recuerdo eso que llamas muerte. Sobre la cabeza, ruidos, ramas de un pino vacilante. Después nada. Un sol débil temblando sobre la superficie seca. Es terrible sobrevivir como conciencia enterrada en tierra oscura. Luego todo acaba: eso que temes, ser un alma y no poder hablar, termina abruptamente. La tierra rígida se inclina un poco, y lo que se tomaba por pájaros se lanza sobre los arbustos. Tú que no recuerdas el pasaje desde el otro mundo, te digo que podría hablar de nuevo, lo que vuelve del olvido vuelve para encontrar una voz: del centro de mi vida brotó una gran fuente, profundas sombras azules sobre azules aguas de mar. Louise Glück (Versión propia)

Krishnamurti: El principio de la meditación

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Extractos de la conferencia, Brockwood 1978 Todo lo que hemos hecho, ir a la Luna y plantar una bandera absurda, bajar a las profundidades del mar y vivir allí, ha sido creado por el pensamiento. El pensamiento es responsable de toda la inmensa tecnología y su complicada maquinaria. Es también responsable de todas las guerras. Esto es algo obvio, ni siquiera hace falta cuestionarlo.  Es el pensamiento el que ha creado la estructura psicológica del "yo". Ese "yo" no es sagrado, no es algo divino, solo es pensamiento acumulando ansiedades, temores, placeres, sufrimientos, pesares, apegos, miedo a la muerte. El pensamiento ha acumulado todo esto, todo lo que constituye el yo y su conciencia. Pregunto: ¿Podemos avanzar desde allí? El hombre siempre busca poder, ¿verdad?, los políticos, los sacerdotes, el hombre y la mujer común quieren controlar, dominar, poseer. Esta es la historia de la estupidez del hombre, aunque la llame patriotismo, o religiosidad. Ahora

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Mi alma es un vampiro grueso, granate, aterciopelado. Se alimenta de muchas especies y de sólo una. Las busca en la noche, la encuentra, y se la bebe, gota a gota, rubí por rubí. Mi alma tiene miedo y tiene audacia. Es una muñeca grande, con rizos, vestido celeste. Un picaflor le trabaja el sexo. Ella brama y llora. Y el pájaro no se detiene. Marosa di Giorgio

The elephant is slow to mate

El elefante, enorme bestia antigua, demora en aparearse; cuando encuentra una hembra, sin apuro esperan a que en sus vastos corazones tímidos el sentimiento despierte lenta, lentamente, mientras vagan por la ribera del río y beben y pastorean e irrumpen con la manada a través del matorral del bosque, y duermen en un silencio pleno y despiertan juntos, sin palabras. Tan de a poco su gran corazón ardiente se llena de deseo, que al fin, a escondidas, las enormes bestias se aparean ocultando su fuego. Los animales más viejos y sabios saben cómo esperar la más solitaria de las fiestas para el banquete completo. No se arrebatan, no se precipitan; su vasta sangre se mueve como las mareas, cerca, más cerca hasta tocarse anegados. D. H. Lawrence (versión propia)

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Es tiempo de hablar de rosas y granadas y del océano donde las perlas están hechas de lenguaje y visión y de las escalas invisibles que son diferentes para cada persona y llevan al lugar infinito donde los árboles murmuran entre sí. Rumi (1207-1273)

Juanele

Para que los hombres no tengan vergüenza de la belleza de las flores, para que las cosas sean ellas mismas: formas sensibles o profundas de la unidad o espejos de nuestro esfuerzo por penetrar en el mundo con el semblante emocionado y pasajero de nuestros sueños, o la armonía de nuestra paz en la soledad de nuestro pensamiento, para que podamos mirar y tocar sin pudor las flores, sí, todas las flores, y seamos iguales a nosotros mismos en la hermandad delicada, para que las cosas no sean mercancías, y se abra como una flor toda la nobleza del hombre: iremos todos a nuestro extremo límite, nos perderemos en la hora del don con la sonrisa anónima y segura de una simiente en la noche de la tierra. Juan L. Ortiz La rama hacia el este (1940) Gracias Flor por recordármelo...

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en algún lugar en el que nunca estuve, felizmente, más allá de toda experiencia, tus ojos tienen su silencio: en tu gesto más frágil hay cosas que me abarcan o que no puedo tocar porque están demasiado próximas tu más leve mirada me abrirá fácilmente aunque me haya cerrado como un puño, siempre me abres pétalo por pétalo como la primavera abre (con toque diestro, misterioso) su primera rosa o si desearas cerrarme, yo y mi vida nos cerraremos hermosa, súbitamente, como cuando el corazón de esta flor imagina la nieve cayendo cuidadosa por todas partes; nada que hayamos de percibir en este mundo iguala la fuerza de tu intensa fragilidad, cuya textura me somete con el color de sus campos rendidos a la muerte y eternidad con cada respiración (ignoro tu destreza para cerrar  y abrir;  es solo que algo en mí comprende la voz de tus ojos más honda que todas las rosas) nadie, ni siquiera la lluvia, tiene manos tan pequeñas e.e. cummings (versión propia y remixa

Comparación

Como en la playa virgen dobla el viento el leve junco verde que dibuja un delicado círculo en la arena así en mí tu recuerdo. Idea Vilariño

Szymborska

Amor a primera vista Ambos están convencidos de que los ha unido un sentimiento repentino. Es hermosa esa seguridad pero la inseguridad es más hermosa. Imaginan que como antes no se conocían no había sucedido nada entre ellos. Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos en los que hace tiempo podrían haberse cruzado? Me gustaría preguntarles si no recuerdan -quizá un encuentro frente a frente alguna vez en una puerta giratoria, o algún "lo siento" o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-, pero conozco su respuesta. No recuerdan. Se sorprenderían de saber que ya hace mucho tiempo que la casualidad juega con ellos, una casualidad no del todo preparada para convertirse en su destino, que los acercaba y alejaba, que se interponía en su camino y que conteniendo la risa se apartaba a un lado. Hubo signos, señales, pero qué hacer si no eran comprensibles. ¿No habrá revoloteado una hoja de un hombro a otro hace tr

Michaux

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En el revés que parece el derecho, en el seno de una conquista sin apropiación, a lo largo de las horas, en la linde de lo infinitamente prolongado del espacio y el tiempo, engaño exterior, engaño interior, engaña bobos, dime ¿qué haces?     ¿Qué eres, noche sombría en el interior de una piedra? Henry Michaux versión Silvio Mattoni (de Postes angulares)