Lluvia en Las Pirquitas



Va a seguir siendo mía la lluvia cuando yo muera,
todo va a seguir siendo mío,
el trueno conservará intacto su sonido casi negro,
y el árbol a orillas del corral gozará con ese trueno,
mientras el olor a presencia de la tierra en la lluvia
será el mismo olor de mi ausencia.
Así le sucede y le sucederá a todo lo que es pertenencia del planeta.
Entonces, a no gemir, mi lejano palmar, cuando yo muera,
porque somos un pormenor de presencia de lo inmortal.


Francisco de Madariaga
Un palmar sin orillas (En Danza 2009)