Poemas de J. L. Escudero

De lo qui haiga

Noches a esa fonda llegábamos varios y ¿qué
van a comer hoy? "Tráigame de lo qui haiga"
contestaba Rufino.
Después en sobremesa larga de vino
iba la conversa subiendo poco a poco
desde asuntos menores
a totalidades inmanejables.

Salíamos a la calle y agarraba
cada uno para irse. La noche
cerraba así. E otras veces
éramos invitados e íbamos a algún otro
lugar a no sé qué más.

Después fueron desapareciendo
amigos íntimos desos si falta uno está
el otro, pero finalmente
muy pocos van quedando y aparecen suplentes
los como para escasamente tener
a quien saludar.

Así pasa.
Y en llegando a topar en esta altura
con lo desconocido me pregunta la vida
¿qué vas a pedir vos?
Y como ayer en la fonda contestaba Rufino
digo yo "tráigame de lo qui haiga"


El tiempo

Ya sé, vuelvo a intentarlo,
voy a hablar del tiempo otra vez
y ustedes dirán callate vas a repetir
meterte en dificultades.

Y a mí qué
porque si muchos ya escribieron sobre el tema
a mí un bledo me importa y lo intento
porque ningún genio desos
entiende más que yo de los turnos del agua.
Del agua de riego digo
cuando uno se dedica a regar la viña.

El tiempo es como en acequia el agua
pasa pero al mismo tiempo se quea.
Usté meta la mano y tóquela, está quietita
y sin embargo corre,
dispara pero no se ha ido, tóquela.
Después viene el celador ese que
maneja los turnos,
baja la compuerta y al cortar el riego
ahí se te acaba el mundo.

Pero claro yo aquí hablando
de lo que ustedes piensan que no entiendo.
¿Será porque se me inquieta la inorancia?
Sea como sea, aquí dejo escrito
lo que supe del tiempo mientras regaba la viña.


Belleza total

Ahora embelleciéndome se me desaparecen
arrugas de recuerdos, el dolor
de cuando agarrás ortiga
creyendo es albahaca de carnaval.

Felicítenme
que se está en mí un vacío llegando un
atisbo de soledad donde
no hay ganancia ni pérdida.

Para ir a ninguna parte
voy a salir por encima del laberinto, es
saltar desde aquí hacia ir
acercándome a todo.

Que se me están retirando las ilusiones
de alquilar balcones y aullar ante la luna
reclamos de amor. Entonces
sigan ustedes y hagan sus apuestas,
yo me retiro porque la belleza
viene pisándome los talones,
ella apagará la luz y dormiremos juntos.


De Endeveras, Ediciones en Danza


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